POLICÍA NACIONAL:ORDEN O REPRESIÓN
Por Claudio Caamaño Vélez
La Policía Nacional de la República Dominicana fue creada al fragor de regímenes criminales. Concebida más como un órgano represivo que como un cuerpo del orden.
A pesar de las remodelaciones que le han hecho al Palacio de la Policía, y de que cambiaron el título de “jefe” a “director” sigue siendo la misma institución.
¿Qué saben los policías de derechos civiles, de derechos humanos, o de protocolos de acción? Y no me refiero a las honrosas excepciones que solo sirven para confirmar la regla.
No me hace sentir orgullo lo que estoy diciendo, primero, porque como dominicano me avergüenza tener instituciones tan desfasadas e inoperantes; segundo, porque como hijo de policía le tengo un especial afecto a esa institución… Pero amor no quita conocimiento.
Lo que vimos recientemente en Villa Altagracia es, tal vez, la muestra más horripilante e indignante de una realidad estructurada e institucionalizada.
Para un policía las órdenes superiores están por encima de los derechos, de la ética y de la prudencia. Así es que los adoctrinan. No les enseñan a ser obedientes a las leyes, sino a obedecer a sus “jefes”, aunque esas órdenes sean incorrectas.
Les forman entre humillaciones y maltratos, y les pagan unos salarios miserables. Les quitan el derecho a votar y a opinar. ¿Qué podemos esperar?
La Policía Nacional es un cuerpo civil armado. Su trabajo es al lado de la ciudadanía, pero no para cobrarles peajes, macutearle o abusar. Más bien para protegerla, respetarla y ser garante de la paz y el orden.
Lo de la Policía no se resuelve con paños y pasta. Hay que remover los cimientos de esa institución. Hacerle un exorcismo para sacar los demonios que habitan ahí dentro.
No es fácil, pero es necesario.